miércoles, 2 de marzo de 2016

Miguel de Unamuno, La reforma de la ortografía española

Este texto pertenece a La reforma de la ortografía española escrito por Miguel de Unamuno.
Según la intencionalidad del emisor es informativa porque informa acerca de los cambios que quieren hacer los retrógrados y los revolucionarios en la ortografía española.
Según el nivel de lengua empleado por el emisor es culto porque utiliza expresiones como ''entrar a tajo y mandole'', es una expresión singular y emplea palabras complejas como ''pontífice''.
Según la atmósfera o tensión comunicativa entre emisor y receptor es formal por la forma en la que se expresa Unamuno.
Según el medio físico o canal a través del cual se transmite el mensaje es escrito.
Según la naturaleza del código lingüístico es verbal porque usa la lengua como código.
Según la estructura del código lingüístico es argumentativo porque explica su punto de vista sobre volver a la ortografía antigua.
Según el ámbito de interacción social es profesional porque se observa el conocimiento que tiene de la lengua.
El tema de este texto es la inutilidad de la ortografía etimológica, se relaciona con el título La reforma de la ortografía española porque hay personas que la quieren reformar, pero volviendo a como era antiguamente esta lengua.
La tesis del autor es inductiva porque aparece al final del texto, aunque Miguel de Unamuno expresa su opinión claramente durante todo el escrito, se observa claramente en el final con su conclusión, no está de acuerdo con los lingüistas que quieren cambiar la lengua como era antes porque no es práctico, es decir, no tiene utilidad ni para los que no saben ni latín ni griego y si a lo largo de los años se han omitido signos de sonido muertos era porque no servían para nada, no tiene sentido volver a lo que han quitado hace tiempo.
Los lingüistas retrógrados quieren volver a los sonidos que habían antes en la lengua española y, así, rescatar también signos de sonidos muertos que no serían útiles ni para los que no saben latín ni griego. Es inútil conservar letras que no sirven para nada por amor a las etimologías.

Se observa función expresiva porque el autor expresa su opinión sobre la reforma ortográfica española. Función conativa porque provoca en el receptor una reacción, pensar con respecto a lo que trata el texto y crear una opinión. Claramente, aparece la función metalingüística, ya que utiliza la lengua para hablar de la propia lengua y también contiene función poética porque embellece el texto y llama la atención con palabras y expresiones poco usuales.

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