lunes, 11 de abril de 2016

Disertación: LA IMPORTANCIA DE LA RAZÓN Y LOS SENTIDOS EN EL CONOCIMIENTO

Para conocer la realidad, los seres humanos contamos con dos instrumentos fundamentales: los sentidos y la razón. Se puede separar la aportación que hace cada una de estas facultades y analizarla por separado: conocimiento sensible y conocimiento racional. El conocimiento sensible se obtiene a través de la información captada por nuestros sentidos después de procesarlos y está formado por las sensaciones (fenómenos psicofísicos que se originan en nuestros órganos sensoriales cuando son estimulados) y la percepción (interpretación que hacemos de las sensaciones captadas por los sentidos). En cambio, el conocimiento racional es abstracto, ya que trabaja con conceptos. Los conceptos son creados por un procedimiento de abstracción, que consiste en extraer las características comunes que comparten una serie de objetos particulares y obviar las que los diferencian.
Existen tres posiciones filosóficas enfrentadas sobre el papel que deben desempeñar los sentidos y la razón en el conocimiento:
Los racionalistas sostienen que el único conocimiento válido es el que procede exclusivamente de la razón. Desconfían profundamente de nuestros sentidos. La solución racionalista consiste en distinguir entre los conceptos que tienen su origen en la experiencia sensible y los que son generados por la propia razón. Por ejemplo, como utiliza la deducción y la intuición como medio para conocer la verdad: tiene dudas, y si tiene dudas es porque piensa y si piensa se porque existe; si no existiera no pensaría y no tendría dudas. Otro ejemplo también podrían ser las matemáticas porque no tiene errores, siempre se llega al mismo punto, es decir, se llega a la verdad.
Los empiristas afirman que la única fuente de conocimiento son nuestros sentidos. La razón solo puede trabajar sobre datos que proporciona nuestra experiencia sensible. Por lo tanto, los empiristas no desechan la el trabajo de la razón, pero lo sitúa en un segundo término. Un ejemplo sencillo sería: que cuando apaga la luz, los niños se duermen, no se conoce la causa pero se transmite de generación en generación como conocimiento práctico empírico. También los humanos conocemos la existencia del estaño a través de un conocimiento empírico porque el setaño se fundió con la fogata y se produjo el estaño.
Los criticistas postulan que no hay conocimiento válido que no se base en la experiencia sensible, pero admiten la existencia de conceptos e intuiciones que no proceden de la experiencia y que son imprescindibles para construir el conocimiento. Kant sostiene que todo conocimiento comienza con la experiencia, aunque no dependa exclusivamente de ella. Como admite conceptos e intuiciones no empíricos supone afirmar que poseemos conocimientos que no proceden de nuestros sentidos. Esto aleja al criticismo de las posiciones empiristas. Pretender conocer el noúmeno es parecido a aquellos documentalistas que presumen de grabar animales en estado salvaje, en régimen de libertad absoluto. La cámara es, sin embargo, condición de posibilidad y límite del documental. Es imposible observar un animal en régimen de libertad absoluto, sin que se vea condicionado por la presencia humana. Tan imposible como conocer el noúmeno kantiano.


La posición empírica no es acertada, ya que a todo se le puede encontrar una respuesta, es decir, las cosas no ocurren simplemente porque sí, en el ejemplo de que cuando apaga la luz los niños duermen y que no se conoce la causa pero se transmite de generación en generación es falso porque si se conoce la causa: como lo normal es dormir por la noche, los niños si les apagas la luz saben que es por la noche y, también, saben que es la hora de irse a dormir. Y en el conocimiento influye tanto los sentidos como la razón, aunque la razón con mayor peso porque es un conocimiento con el que más personas se pueden poner de acuerdo o pueden debatir y acabar llegando a una conclusión. Por lo tanto, el criticismo es el más correcto ya que no descarta por completo ninguna de las dos propuestas y con el ejemplo se puede interpretar que al igual que no podemos ver a los animales en un régimen de libertad absoluto, tampoco se puede llegar a la verdad absoluta.